crisis
Financial Obelisks: on the return of the monumental
Europe's Agony
Laurea a Trichet per Bancarotta Fraudolenta
A Reading List for #Occupy - Part I
Edited by Paolo Mossetti
Cover by Kaf & Cyop. Image courtesy of the artist
While the Occupy Wall Street "People's Library" was being brutally dismantled by the police, last November, I asked some officers why they were seizing those books and throwing them into trash cans.
Only one of them replied by saying, simply, "I don't know."
Then I decided to ask some of my favourite writers, activists, and academics to help me compile a list of books that would recreate, though only virtually, the OWS library.
El derecho a la insolvencia
Los fanáticos del fundamentalismo económico dicen que “el trabajador alemán no quiere pagar las facturas del pescador griego” y, mientras tanto, enfrentan a los trabajadores entre sí, llevando a Europa al borde de la guerra civil.
La entidad que es "Europa" fue concebida a raíz de la Segunda Guerra Mundial, como un proyecto para superar el nacionalismo moderno y crear una unión no identitaria basada en los principios del humanismo, la ilustración y la justicia social. ¿Qué queda de este proyecto original, después del reciente colapso financiero que ha asaltado la economía estadounidense y ha puesto en peligro a la zona euro? Desde el comienzo de la Unión Europea, el perfil constitucional de la entidad europea ha sido débilmente definido, de manera que el objetivo económico de prosperidad y las limitaciones del monetarismo financiero han tomado el lugar de una constitución. En la década de 1990, el Tratado de Maastricht marcó un punto de inflexión en este proceso. Sancionó la constitucionalización de la regla monetarista y sus implicaciones económicas: una disminución del gasto social, reducción de los costes laborales y un aumento de la competencia y la productividad. Los efectos de una aplicación intolerante de las reglas de Maastricht se hicieron evidentes en 2010: aplastando a Grecia e Irlanda y poniendo en peligro otros países, la crisis financiera mostró las contradicciones entre los deseos de crecimiento económico y estabilidad social, y la rigidez monetarista. En esta situación, las reglas de Maastricht han demostrado ser peligrosas, y la concepción global de la UE, basado en el protagonismo de la competencia económica, ha revelado su fragilidad.
